sábado, 21 de noviembre de 2009

Globalización Post-Crisis.

La Teoría de la Globalización dice relación con la integración de las comunicaciones, del comercio y del sistema financiero y, lógicamente, del capital humano mundial "en un solo cuerpo". La globalización es considerada, antes que todo, como un proceso eminentemente económico, pero que el tiempo se ha encargado de hacer desbordar hacia lo político y social. La globalizacion no conoce fronteras.


Este fenómeno hace referencia a la dominación que ejerce un paradigma ideológico, económico y político sobre el conjunto del sistema mundial. El término de la Guerra Fría y la desaparición de la Unión Soviética, marcaron, ciertamente, un hito histórico, en particular, al imponerse el modelo capitalista, y con el mismo, el gobierno del liberalismo económico por sobre todo el globo.


En este proceso de interdependencia acelerado, el Estado estaba llamado a desempeñar, hasta antes del mes de septiembre del 2008, un papel mínimo, “subsidiario y provisor” de las condiciones esenciales para el correcto y natural desempeño de las “leyes del mercado”. Allí donde la ley de la oferta y la demanda ejercían un dominio, el Estado debía abstenerse de intervenir. El Estado, como entidad distribuidora de derechos y obligaciones, bajo ésta lógica, dejaba prácticamente de existir. El “Estado mínimo”, lema del liberalismo de la post-Guerra Fría, presagiaba interesadamente la casi de extinción de este órgano.


Pero, sin embargo, sobrevino la crisis financiera de septiembre del 2008.


Si bien no existe una única causa que permitiría explicarla, existe sí un amplio consenso con respecto al alcance de sus efectos. El rol del Estado debe ser repensado. “al alza”. En especial sus atribuciones y capacidades de control y gestión del mercado mundial. La crisis financiera, pero sobre todo de confianza en el sistema económico, denudó las falencias y debilidades del régimen liberal (neo liberal para otros). Finalmente, y de manera general, los mecanismos de gestión del poder político democrático han sido severamente cuestionados. Según algunos visionarios, la “democracia” atravesaría un “invierno”, idea acuñada por el destacado cientista social francés, Guy Hermet. Según Ignacio Ramonet, fuimos testigos del “krach perfecto”, lo que nos pone ante la necesidad de “refundar” el conjunto del sistema económico, comercial y político mundial. Según quién escribe, la crisis global, y sus efectos posteriores no hicieron más que cristalizar un proceso de profundo cuestionamiento social y político del modelo heredado de la conflagración ideológica “fría” entre los EE.UU. y la URSS. La Globalización Post-crisis nos pone ante el surgimiento y posible expansión de modelos de “democracias totalitarias”.


Hipótesis como las anteriores han llevado e inspirado a la Universidad Bernardo O`Higgins a organizar un encuentro internacional de amplio debate y discusión acerca de los escenarios políticos, sociales y económicos que pueden generarse como resultado de la crisis en cuestión. Es imperativo hacerlo.


El seminario PROSPECTACHILE 2009 tiene como misión prospectar los futuros posibles, probables y deseables que se han generado producto de la transformación del extinto orden de la post post-Guerra Fría. Importantes especialistas desarrollaran sus reflexiones en el marco de la necesidad de replantearse la gestión del poder económico, social y político mundial Guy Hermet, Ignacio Ramonet, Franco Parisi, Oscar Godoy, Jean-Jacques Duhart, entre otros especialistas y académicos, nos permitirán proyectar escenarios y comprender de mejor manera los efectos de una de las crisis más complejas que el sistema internacional ha experimentado y debido afrontar.


Debemos repensar la globalización post-crisis, anticiparnos y proyectar escenarios de crisis a fin de estar mejor preparados para la siguiente.

Guerra Fría en el Norte Sudamericano.

Conflicto político, tensión militar y competencia económica, tres características propias de un conflicto que no es directo, pero que si es permanente entre dos Estados o grupos de Estados. Políticas y estrategias de contención, penetración política, inoculación e infiltración de fuerzas irregulares desestabilizadoras, espionaje y contra-espionaje, ingredientes que no pueden faltar y que forman parte inherente de una guerra no declarada, que se lucha en campos de batallas irregulares.


Uso de la fuerza simbólica, reforzamiento de capacidades bélicas ofensivas y defensivas, competencia bélica, satelización de países y espacios geográficos, en fin, la búsqueda por proyectar poder y evitar ser objeto de una “asfixia diplomática, militar o económica”. De esto se trata un conflicto frío, una que estamos observando desarrollarse en el norte de América del Sur. Colombia y Venezuela libran, hoy mismo, una Guerra fría.


El resto de países observan. Algunos aprenden. Otros, sobre todo las potencias mundiales y regionales (o que aspiran hacerlo) miden fuerzas en esos dos mismos países. Colombia y Venezuela, tal vez no lo saben, pero forman parte de los resabios de la última guerra fría mundial entre el gigante Soviético (hoy Rusia) y los Estados Unidos.


Los EE.UU se resisten a dejar la región, si alguien pensó que la indiferencia de la Casa Blanca por Sudamérica era real, se equivocan. Ellos afirman su presencia conteniendo a esta Venezuela chavista no porque se le tema por sus nuevas capacidades bélicas o tal vez el efecto de contagio de su Socialismo del Siglo XXI, sino que más que todo, por la cauta, pero clara presencia de Rusia en la región. Gallitos geopolíticos de alto nivel miden las fuerzas de los antiguos herederos del conflicto entre Occidente y Oriente.


La cristalización de una relación de dependencia político-estratégica colombiana hacia los EE.UU será beneficiosa para Bogotá: hace reposar su disuasión general y específica sobre los hombros de los Estados Unidos, mientras se aboca a luchar contra la insurgencia. El Departamento de Estado de Obama tiene claro que chavismo no responde a un hecho meramente coyuntural, sino que es estructural. Llegó para quedarse.


En este sentido, la nueva naturaleza de los riesgos y amenazas que se ciernen sobre la región necesitan repotenciar instancias de dialogo en seguridad y defensa, en política exterior y de cooperación. UNASUR, Consejo de Defensa Sudamericano y la OEA deben adecuarse a estas nuevas realidades a fin que ningún conflicto “frío” llegue a transformarse en una Guerra caliente.


Ya lo habíamos señalado en otras líneas, estos tres organismos deben dotarse de sistemas de “alerta tempranas”. Identificar riesgos para la seguridad regional, establecer patrones de escalada de conflictos, estrategias y medios de intervención preventivas. La anticipación implicará, de toda evidencia, inaugurar los antiguos debates relativos a la soberanía. ¿Cuáles deben ser los márgenes de acción y de intervención de estos nuevos órganos políticos, diplomáticos y militares regionales?


La OEA está llamada a reformarse, constituirse en un órgano que busque evitar conflictos y su escalada.


Esta Guerra fría entre Colombia y Venezuela tiene una particularidad: no existe entre ambos países un espacio de “liberación” de tensiones, como fue entre la URSS y los EE.UU. No existe un “espacio” de evacuación de hostilidad. Este “campo de batalla” es, en este caso, la frontera entre ambos países. Peligroso. Una suerte de “no man´s land” en donde paramilitares, traficantes y fuerzas narcoterroristas abundan. El peligro es lógico: una confrontación directa o de “arrastre” entre ambos países. La OEA está llamada a intervenir, hoy, ahora antes que sea demasiado tarde.

Perú: Punto de Inflexión.


Una explosión desenfrenada de nacionalismo económico, político y cultural se ha desatado en Perú en contra de Chile. El presunto caso de espionaje de un miembro de la Fuerza Aérea del Perú, no ha hecho más que mostrar y demostrar que no se puede continuar con la política de “relaciones inteligentes”. La razón es simple: no hay un interlocutor válido del otro lado de la línea de la Concordia. Es toda la clase política peruana la que se alimenta sistemáticamente de los conflictos con Chile, y si no existen, evidentemente los crean.


Medios de comunicación, tildados en su momento como “serios”, tal es el caso del diario peruano El Comercio ha comenzado a utilizar el concepto de “mapochos” o “mapochinos” para referirse a los chilenos. Una formulación despectiva que denota sentimientos revanchistas anclados en lo más profundo de la institucionalidad política limeña. Una prueba más que el nacionalismo negativo, aquel que busca generar cohesión en base a la identificación de un “enemigo” externo, no solo genera en dicho país votos, sino que también, recursos económicos.


Hoy, el Gobierno peruano continúa escalando peligrosamente su estrategia en orden a presentar a Chile como un actor beligerante en la escena regional e internacional. Alán García apuesta por ensuciar la imagen de Chile. No se trata, como algunos señalan, de un hecho meramente coyuntural. Estamos frente a un punto de inflexión en la postura peruana hacia Chile, en particular su clase política. La credibilidad de la amenaza disuasiva desde Chile hacia Perú necesita la adopción de medidas serenas, pero firmes.


Un nacionalismo trasnochado tomó el control de Torre Tagle. Este hecho genera riesgos impensables al establecerse lógicas que podrían ser interpretadas en La Moneda como asociadas a ultimátum. Tal es el caso de lo señalado por el Canciller de ese país, García Belaunde, cuando avanza que, “…si Chile no realiza la investigación, pese a la documentación enviada, habrá que evaluar el conjunto de las relaciones. Espero que esa actitud (del Gobierno Chileno) cambie”. Este tipo de declaraciones no está dirigido al Gobierno chileno, sino que a su misma población, sus votantes para la próxima elección general. Existen los canales diplomáticos y políticos directos para comunicar posturas y políticas, malestar y quejas. Ha quedado demostrado que los medios de comunicación en Perú son el principal medio de legitimación de una clase política imbuida en la des legitimidad estructural.


En este nacionalismo desatado, la lógica que se impone es identificar objetivos de hostilización. Uno de ellos es el comercial y económico. Otro. Es la imagen de Chile. Alán García azuza a Chile. Es ya una Política de Estado.


¿Cómo debe responder Chile? Debe, claramente, reposicionar su lugar en el escenario regional. Debe, transformar sus capacidades potenciales, en reales. Apostar por reconstituir su tejido de potencia regional, política, económica y militar. En ningún caso hon tintes hegemónicos, pero sí de potencia. Una estrategia específica contra Perú no haría más que desviar recursos y esfuerzos hacia un objetivo de fondo: restablecer e reinstaurar a Chile como un actor regional cuyo peso especifico debe volver a ser considerado. Los EE.UU. lo han reconocido, Brasil también.


Lamentablemente el régimen peruano se alimenta de los conflictos con Chile, lo que implica que cada respuesta chilena es percibida como beneficiosa para la relegitimación del sistema político peruano. La contención comunicacional regional e internacional de Lima debe priorizarse, manteniendo el reforzamiento de las capacidades disuasivas chilenas.


Lima seguirá escalando la crisis, hasta que el próximo sondeo de opinión en dicho país denote un incremento del apoyo electoral hacia Alán García y su clase política.

Esta crisis ha generado un punto de inflexión en las relaciones con Perú, pero sobre todo, en lo que queremos y necesitamos como política exterior regional y vecinal: un cambio estructural, en función de las transformaciones que experimenta Sudamérica.

Esta crisis también ha demostrado los altos grados de cohesión de las instituciones chilenas, dificilmente se olvidará el ingreso de la Mandataria chilena, Michelle Bachelet, ayer a la ENADE, escoltada por los Comandantes en Jefes de las Fuerzas Armadas chilenas. Una imagen vale más que mil palabras.
(Cristian L.S)

viernes, 24 de julio de 2009

La vida diaria en la Época Colonial


Productos que venían de España
“Quise hacer relación de las cosas que de España se han traído a estas provincias de Chile porque en ellas hay muchos melones y muy buenos, y muy buenas coles y lechugas y rábanos y cebollas y ajos y zanahorias, berenjenas y perejil y acelgas y cardos y lentejas y garbanzos, habas, mastuerzo y anís, cilantro y albahaca, hinojo, ruda, pues mostaza y nabos han cundido tanto que en los campos no hay otra cosa, y hierba buena infinitísimo por los campos… Plantas de España hay viñas y en ninguna parte de las Indias se ha dado tan buena uva como en esta tierra; hácese muy buen vino. El primer hombre que lo hizo en esta tierra fue un vecino que se dice Rodrigo de Araya y asimismo fue el primero que trajo vino a esta tierra. Hácese ya tanto vino que basta para esta gobernación y que pueden proveer a otras partes”.
(Jerónimo de Bibar. Crónica y relación. Años 1539-1558)

El arte de “poner la mesa”
En el siglo XVIII “se rivaliza, también en el arte de “poner la mesa”, con elegancia y opulencia. Alternan las vajillas de plata y los servicios de pedernal (loza inglesa), de Talavera o de la China. Hay mayor complicación en los utensilios, aparecen soperas, ensaladeras, mostaceros, pimenteros, azucareros, mantequeros, pocillos de China para el chocolate, platillos para el café. Se usan servilletas de mano, de Damasco o de alomancia”.
(Eugenio Pereira Salas. Apuntes para la Historia de la Cocina Chilena. Ed. Universitaria. 1977. pág 52)


Menú nortino típico del siglo XVIII
“Un historiador de Coquimbo ha fijado la siguiente minuta como la típica del siglo XVIII nortino:
a)Hervido con caldo y toda clase de verduras, en que campean las lonjas de charqui frescal, con el hueso redondo, que al día siguiente iría prestado a las modestas familias de la vecindad para mejorar la sopa.
b)Nogada de gallina negra catalana.
c)Corvina asada bajo rescoldo de arena, envuelta en hojas de col, bañadas en mantequilla.
d)Camarones de río, con pebre de ajo.
e)Pavo o capón, con ensalada de apio, lechuga, rábano o tomate.
f)Cordero asado al palo, con salsa picante de tomate chino y manzanas y camotes cocidos”.
(Eugenio Pereira Salas. Apuntes para la Historia de la Cocina Chilena. Ed. Universitaria. 1977. pág 56)

La alimentación de los indígenas
“Por las Tasas sabemos que en el siglo XVI y XVII los indígenas recibían como alimento cada día una ración de trigo y maíz y una libra de carne los domingos, y cada semana medio celemín de maíz para que hagan chicha. En el siglo XVIII, las condiciones habían mejorado, y por ejemplo, los trabajadores de las estancias de los jesuitas recibían mejor alimentación, pues los reglamentos fijaban que: los días que trabajaren en casa se les dará de almorzar, comer y merendar, como se acostumbra; y para medio día, se les haga siempre una olla de maíz y carne; los días de pescado, con algún seco y legumbre; y a los oficiales se les dará vino, como suelen, y a los que trabajen en casa algunas veces. Pan, como se ha hecho, y a todos se les dará, las Pascuas y fiestas principales alguna carne para ellos y sus mujeres e hijos como se ha acostumbrado siempre”.
( Eugenio Pereira Salas. Apuntes para la Historia de la Cocina Chilena. Ed. Universitaria. 1977. pág 60)

Repostería colonial
“A las privilegiadas manos de las monjas debe también la repostería colonial los dulces de papilla y de hueso. Envolviéndolos en espesas almíbares trabajaron los diminutos duraznitos de la Virgen, y otros un poco mayores que se llaman de san José. De los membrillos de un agridulce muy grato que llaman corchos, cocieron en las grandes pailas de cobre, el dulce de membrillo y las jaleas. De la leche hervida, armada con canela y vainilla, obtuvieron el manjar blanco; del limón sutil y los coquitos de palma, fabricaron deliciosa confituras”.
(Eugenio Pereira Salas. Apuntes para la Historia de la Cocina Chilena. Ed. Universitaria. 1977. pág 42)

La casa colonial
“La casa de tres patios respondió muy bien a las características de la vida colonial en base a espacios que establecen tres tipos de actividades.
El primer patio era la parte pública, pavimentado con piedras del río y rodeado de aceras de losas, donde las piezas circundantes se ocupaban para guardar los productos del campo o eran arrendadas cuando daban a la calle, usándose la solución del pilar de madera o piedra en la esquina para mejorar la relación con el exterior.
El segundo patio era la parte privada, en que las habitaciones estaban reservadas para uso exclusivo de la familia y recibir las visitas; patio con corredores y jardines geométricamente trazados con una fuente al centro y macizos de plantas que daban sombra durante el día y llenaban la casa de suaves olores al caer la noche.
El tercer patio era la zona de servicio, con los cuartos de los empleados, la cocina y despensas y el que a menudo se prolongaba en el huerto rodeado de muros, donde estaban el rancho de los temblores, el gallinero, los frutales y patronales”.
(Patricio Gross, Arquitectura en Chile. Depto de Extensión Cultural del Ministerio de Educación. 1978, pág 31)

El convento de las Agustinas
“Al principio (de la calle Agustinas) se extendía el convento desde esta calle hasta Moneda, pero luego agregaron una manzana más, siempre entre Bandera y Ahumada, llegando hasta La Cañada.
En torno a siete patios estaban las celdas, varias de ellas con cocina y criadas para el servicio; era una verdadera ciudadela.
Durante el siglo siguiente, el 17, crecieron aún más en riquezas e influencias: dueñas de Tobalaba y Huechuraba, además de otras chacras, recibieron el influjo del ambiente externo; atendiendo a niñas necesitadas de educación-colegios de la época, allí enseñaban a leer, tocar guitarra, danzar, dirigir una casa, los evangelios,…
De la guitarra se pasó a las castañuelas y la bandurria, y a las fiestas con sonoros petardos y fuegos artificiales que iluminaban el cielo, y al gozo del chocolate batido, las mistelas, barquillos, tortas de huevo mol y alfajores rellenos de manjar blanco”.
(Miguel Laborde, Calles del Santiago Antiguo, El Mercurio y el Patrimonio Urbano de Santiago, 1987, pág 25)



Castigos recibidos
“Una determinada conducta que en un español se castigaba con multa, suponía para un mestizo, mulato o negro, pena de azotes en público o incluso cuando se imponía multa, se establecía la exhibición del reo en la picota. Si a un comerciante español se le imponía, por ejercicio de comercio prohibido, la pena de 20 pesos y la confiscación de las mercancías, los indios, negros mulatos y mestizos eran castigados con 50 azotes complementarios y el extrañamiento durante 4 años”.
(Konetzke, citado por Osvaldo Silva en Familia, matrimonio y mestizaje en Chile colonial, Serie Nuevo Mundo:
Cinco Siglos, Universidad de Chile, 1990, pág. 17)

Viaje de Valparaíso a Santiago
“Para trasladarse de una a otra ciudad los viajeros más esforzados utilizaban el caballo, que les permitía hacer el trayecto con mayor rapidez. Otros preferían el birlocho, más cómodo, más lento, y mucho más caro.
El birlocho era de dos ruedas y tenía asiento para dos personas, que apenas quedaban protegidas del sol y de la lluvia por un toldo de fuelle. Era tirado por dos caballos, en uno de los cuales montaba el postillón. Los baúles y petacas se acomodaban sobre mulas, que junto con seis o siete caballos de remuda seguían al birlocho guiados por un peón. …
La subida de las cuestas era algo penosa y ofrecía serios peligros. Para mayor seguridad y dar vigoroso impulso al vehículo, el capataz enganchaba su caballo a la pértiga mediante un cordel que amarraba a la cincha de la moldura. Al llegar a la cumbre se ponía detrás del vehículo y pasaba el cordel por el eje de las ruedas para frenar el descenso….
Al caer la noche el paso era lento…Los viajeros sumidos en sus asientos, bien envueltos en ponchos, recibían en el rostro el frío nocturno…”.
(Sergio Villalobos, Imagen de Chile Histórico, El álbum de Gay, Editorial Tradición, Santiago 1967)


Un rancho campestre
“La pieza principal, la única verdaderamente amoblada y que sirve generalmente a la vez de cocina, de comedor, de cuarto de trabajo y de dormitorio, no contiene de ordinario sino una mesa pequeña, pero muy sólida, algunos bancos o sillas cubiertos a veces con una alfombrita o con pellones, algunas malas imágenes de santos en las paredes o alguna estatuita de la Virgen bajo un fanal de vidrio; y en el fondo un catre de madera blanca llamado cuja, con uno o dos colchones, y cortinas, o bien un simple marco de madera con tablas atravesadas sobre el cual se extiende un de buey más o menos bien cosido para sostener el colchón….
Por la noche la pieza está alumbrada por una vela, y en muchas partes por un candil, que es un platillo lleno de grasa en medio del cual nada la mecha. Las noches se pasan de una manera harto monótona; las mujeres ocupadas en preparar la cena y los hombres sentados en la parte exterior de la casa en el verano, y en invierno en la cocina tratando de cosas insignificantes y a veces sin decir palabra. A la oración, toman su mate…. y después todos arrodillados rezan el rosario haciendo coro a una persona respetable que dice la oración. Terminada ésta, cenan y van inmediatamente después a acostarse para levantarse temprano”.
(Claudio Gay, citado en: Sergio Villalobos, Imagen de Chile Histórico, El álbum de Gay, Editorial Tradición,
Santiago 1967)

Vendedores en las calles
“Desde temprano en la mañana las calles cobraban animación con su trajín de vendedores gritando sus mercancías en forma ininteligible o conversando entre ellos.
Podían verse los productos del campo pasar hacia las pulperías a lomo de mula o de caballo. Algunos muchachos, cabalgando a la grupa, llevaban delante, en equilibrio sobre el caballo, pedazos de bueyes cortados en cuartos y corderos partidos por la mitad…
Las mulas conducían grandes cajas de curso con rejillas, en las que se apretujaban las aves con su cacareo soñoliento. Frutas, huevos, mantequilla, queso, verduras y un cuanto hay, era conducido sobre bestias de carga…
El agua para la bebida no era fácil de obtener y era necesario estar alerta al paso del aguatero que puntualmente recorría su clientela…
Otro personaje importante era el vendedor de pasto, que sentado sobre su carga…No existía aún la costumbre de secar el heno y de venderlo aprensado, por lo cual se vendía el pasto verde y recién cortado. Este era un buen oficio, pues los caballos abundaban en la ciudad…”
Entre los vendedores ambulantes se contaban también el heladero, el brevero, el velero, el dulcero y el lechero.
(Sergio Villalobos, Imagen de Chile Histórico, El álbum de Gay, Editorial Tradición, Santiago 1967)

Las Tertulias
“No había casa de tono donde la familia no se dispusiese a pasar una alegre velada que se prolongaría hasta las once o más tarde (estas reuniones comenzaban en la noche después de la comida) …. Algunos parientes y amigos íntimos llegaban con toda confianza y entre conversaciones y cumplidos iba surgiendo la alegría.
Los sirvientes traían bebidas refrescantes, aloja y mistela, que los dueños de casa y las niñas de la familia ofrecían amablemente a sus visitantes. Si alguien deseaba mate, y era seguro que todos lo querían, se preparaba en el gran bracero de plata o bronce que en medio de la cuadra servía para dar calor al ambiente.
Los caballeros, luciendo pelucas empolvadas y trajes de colores más o menos vivos…conversaban de las últimas novedades: una real orden enviada por el gobernador en calidad de urgente, el estado de guerra en Europa, que hacía peligrar la navegación y el comercio, la enfermedad del provincial de la Merced, etc. Las señoras, en cambio, sentadas sobre cojines en el estrado, cuchicheaban sobre el traje de la Mariquita o la tertulia de antenoche donde los Cotapos.
Siempre eran vistas con buenos ojos y mejor apetito las bandejas con huevos chimbos, las cajitas con dulces y los bizcochuelos y ollitas de las monjas Claras y Rosas.
Las niñas no se hacían rogar para tocar un poco de música, acompañándose principalmente del clavicordio y del arpa. Sus voces, tenues pero afinadas, daban mayor alegría al conjunto y las parejas salían airosas ensayando los primeros pasos de una danza.
(Sergio Villalobos, Imagen de Chile Histórico, El álbum de Gay, Editorial Tradición, Santiago 1967)

Las Diversiones
Había fiestas de gran lujo que se celebraban en algunas oportunidades en la casa de gobierno, al estilo español. Se llamaban saraos y sólo asistían los más importantes vecinos de Santiago, con invitación especial del gobernador.
Había también diversiones populares que se organizaban en la plaza, para celebrar una fecha importante: la llegada de un nuevo gobernador o el cumpleaños del rey de España. Se practicaban juegos bien entretenidos: algunos eran competencias, como el palo ensebado.
Se engrasaba un poste que tenía en la punta un premio, casi siempre una bolsita de monedas. Los que querían cogerla tenían que trepar el palo, pero esto era muy difícil, porque se resbalaban en la grasa.
También había carreras de ensacados: competencias entre unos corredores que metían sus piernas dentro de sacos. Mas bien tenían que avanzar saltando para no enredarse.
Los niños se divertían jugando a las bolitas, a encumbrar volantines con los primeros vientos de septiembre y también mirando funciones de títeres que se daban en la plaza.
(Sergio Villalobos R., Marta Finsterbusch, Historia de mi país, Editorial Universitaria, 1995, pág 74)


Un día en el siglo XVII
“Toda la familia se levantaba temprano e iba a misa, aún en los días en que no era fiesta de guardar. De regreso de la iglesia, se tomaba desayuno. Enseguida se atendían los negocios hasta las dos de la tarde, la hora de la comida. Ya no se salía a la calle hasta las cinco o seis de la tarde, después de levantarse de la siesta. Entre estas horas la ciudad presentaba un aspecto desierto, que llamó mucho la atención de los viajeros. A eso de las seis, empezaban a reunirse los vecinos para conversar en las tiendas o zaguanes de las casas. En verano se tomaba el fresco en las veredas. Los niños iban a la escuela y merendaban entre ocho y nueve de la noche para que pudieran rezar sus oraciones y acostarse temprano. Los adultos cenaban entre diez y once de la noche…”
(Francisco Antonio Encina, Historia de Chile, Tomo VII, Capítulo XXX)

miércoles, 22 de julio de 2009

Manifestaciones del lenguaje.


Sin duda alguna, la característica más notable de nuestra especie es nuestra capacidad de hablar. La increíble facilidad que nosotros adquirimos el lenguaje indica que debe existir un mecanismo innato. Sin embargo, aprendemos un idioma concreto debido a factores puramente ambientales.
Aunque los animales no hablan, nadie puede negar que se comuniquen; esto es, porque intercambian información sobre muchas cuestiones relevantes. Algunas especies, como las abejas o el cercopiteco verde utilizan lo que se denomina un ‘sistema de comunicación referencial’, mediante el cual emplean signos arbitrarios para transmitir alguna información del medio ambiente, diferente del estado interno del animal. Diversos estudios realizados sobre nuestra evolución humana demuestran desde el ancestro australopitecos son capaces de aprender y utilizar signos arbitrarios, incluso llegando a combinarlos de forma sencilla. Ello constituye una capacidad cognoscitiva realmente notable, pero no es equivalente al actual lenguaje humano.
Es evidente que alguna vez tuvo que existir una forma primitiva de lenguaje, pero ésta no ha llegado hasta nosotros. Una posibilidad es que una vez que surge en una especie la capacidad de hablar, aunque sea de forma simple, dicha especie entra en un callejón evolutivo que le lleva inevitablemente hacia un lenguaje complejo.
El lenguaje verbal de los humanos está basado en el modo simbólico, en el cual, el significado del símbolo está contenido implícitamente en su relación con otros signos y además, puede ser empleado en diferentes contextos (recordemos que las primeras manifestaciones en la evolución humana se enfocaron por necesidad de cubrir las necesidades básicas; no solamente fueron ruidos, tonos a través de la voz, si no que movimientos corporales). El uso de símbolo cambia el modo que emplea el cerebro para guardar y procesar la información que recibe del mundo exterior.
Se sostiene que el lenguaje constituye una capacidad específicamente humana, diferente de la inteligencia general, que surgió en nuestra especie como consecuencia de presiones selectivas y que confiere una ventaja evidente a los individuos que la poseen. La idea de que es lenguaje es un instinto está apoyada por dos tipos de razones: 1) existen zonas del cerebro especializadas en el manejo del hablar.2) existen enfermedades genéticas que alteran la capacidad mental, dejando casi intacta la capacidad lingüística l. Sin duda las primeras manifestaciones del hombre fueron por causas ambientales, debido al periodo tan hostil que padecieron, donde necesitaban comunicarse para cubrir sus necesidades, recordemos que existían diferentes tipos de comunicación, la mas sorprendente y que se mantiene como vestigio actual, es el arte parietal y el arte moviliar donde el ser bípedo expresaba las actividades que realizaba día a día, pintaba en grandes cuevas, signos, animales, para que en un futuro, las nuevas generaciones puedan saber e informarse respecto a sus ancestros.

martes, 21 de julio de 2009

¿memoria Histórica?


El tema de la memoria histórica es, de forma realmente invetible, el de la memoria colectiva de una nación o de cualquier otro conglomerado social, al menos dentro de una cierta dimensión sociológica, lo que no excluye la tensión siempre existente entre la memoria individual y la historicidad de la memoria. Dicho en otros términos, los recuerdos individuales se juntan o acomodan para formar la memoria colectiva, sin que esta sea inferior a la sumatoria de las memorias individuales. De esta manera, segmentos completos de una determinada sociedad asumen distintas posturas frente a determinados períodos históricos optando, en algunos casos, por el olvido, la o distorsión de la naturaleza específica de ciertos acontecimientos históricos, sobre todo en el caso de aquellos que pudieran haber representado una experiencia traumática para toda una generación.
Durante nuestra Historia Chilena, es inevitable no enfrentarnos con reflexiones,dudas, cuestionamientos y sobre todo, con la persistencia de nuestros recuerdos personales y familiares, los que se vieron enfrentados, de una manera u otra, con las visiones imperantes en el Chile de hoy, después de los largos años de la dictadura militar y de los sucesivos gobiernos de la concertación.
La sociedad chilena de las décadas del sesnta en adelnte, optó, al menos entre los victimarios, instrumentos de aquella dictadura empresarial-militar que le brindó tan valiosos servicios, en escala continental, al proyecto neoliberal/neoconservador de las elites empresariales de todos los países de la región, en una primera instancia, por negar lo que estaba ocurriendo, y posteriormente, por un olvido y un silencio que pretendieron imponer a las víctimas directas del terror y a sus familiares. Dentro de esa lucha por el rescate de la memoria histórica cabe destacar o analizar analizar la pertinaz crisis del modelo sociopolítico y económico de la sociedad chilena, la que se puso de manifiesto, desde la segunda mitad del siglo XIX, pero especialmente a partir de 1910, cuando se hizo evidente el agotamiento del mercantilismo, impuesto por Diego Portales y la incapacidad de las clases dominantes de llevar adelante una verdadera propuesta de estado y de nación soberanos e incluyentes. Ante las propuestas societarias de las grandes mayorías nacionales se respondió, por parte de la oligarquía y el ejército, con la constitución de 1925, gestada
sobre un modelo autoritario y centralista del poder político. A partir de allí se frustrarían todas las iniciativas de modernizar y democratizar la
sociedad chilena, dentro de lo que se constituyó en una especie de camisa de fuerza, la que con su acción impidió las necesarias transformaciones históricas, en un largo proceso que terminó con el golpe militar de 1973, con el que se puso fin a ese complejo período histórico, dentro del que surgió y debió actuar Salvador Allende, como una figura que recogió e intentó canalizar las reivindicaciones del movimiento popular chileno de la época.

Los Mapuches..


Nosotros los Chilenos, nunca podremos desprendernos de la influencia mapuche en nuestra idiosincrasia. Y cuando recordamos a Lautaro, michimalonco, Caupolicán, Galvarino, queda la impresión que el pueblo mapuche hubiera desaparecido. Cuando se hablaba la "Pacificación de la Araucanía", se suele decir que “se pacificó a los indios porque tenían conflictos internos”. ¿Cómo se explica que hoy en pleno siglo XX los Mapuches reclaman participación y reconocimiento de sus derechos?
No olvidemos que Ercilla en su poema “Inmortal” (la araucana), relata a los mapuches como un pueblo “soberbio”, “belicoso” y “gallardo”; pero de un siglo a esta parte, todavía se les moteja como “borrachos, pobres y flojos” y hoy en día de extremistas. Lo único que queda claro es que sus territorios fueron usurpados por completo y si los españoles utilizaron su crueldad, habrá que preguntarse ¿los chilenos fuimos mas crueles?
La resistencia de los Araucanos duro trescientos años, y no fue producto de sus jefes, si no de un pueblo, y no tenían más que dos alternativas “la huida o la guerra”, porque su cultura estaba cerrada al extranjero, a la servidumbre y al cambio. Los pueblos que desconocen la fuerza que dan los ancestros son como: el árbol que dejó la sabia trancada en las raíces y el follaje se ve opaco, gris, y sin fuerza porque la sabia no fluye para hacerlo verde y frondoso. / Uno esconde su pasado- lo opaca/.
Los mapuches amaban su tierra, la naturaleza y sus animales; de ahí la ferocidad para defenderla contra los españoles; recordemos que para el araucano su tierra es sobrevivíencía, pero también incluye ámbitos religiosos del alma y espíritu, la tierra es su vida, en cambio, el español la expropia y lo utiliza como materias primas.
Cuando llegan los primeros colonos con su fe cristiana, resistieron siglos conservando su territorio, creencias y mitos.
Si realizamos un análisis respecto al vocablo indígena, tendríamos las siguientes conclusiones:
Quilicura: pareja de cóndores, Pichintun: poquito, Cahuin: fiesta, Pañalolen: cerros pareados, Mapocho: lugar de pantanos, Pudahuel: lugar de brujos.
Aquí queda demostrada la contradicción que tenemos los chilenos, por una parte nos molesta la raíz mapuche, pero sin darnos cuenta frecuentamos lugares de cierta exclusividad que llevan el nombre del lenguaje araucano, o palabra del lenguaje común.
Después de todo lo que hemos expuesto no podemos desmentir lo negativo que nos acarrearon los españoles. Muchos dicen que si otro pueblo nos hubiera conquistado seriamos diferentes, más inteligentes, trabajadores, quizás un promedio de estatura mayor u otra fisonomía. Pero estas son solamente palabras que se lleva el viento, y somos lo que somos, este es el destino de un país llamado Chile, con toda su miseria y grandeza.

Análisis Historia de Chile, Luis Galdames, " La Colonia"

En su libro: “Historia de Chile”, obra historiográfica (busca e indaga en segundas fuentes), clasificada como manual histórico, nos da a conocer los periodos de la historia de Chile, y particularmente entrega un análisis general del periodo,
” La Colonia”, situándolo dentro de los años 1601-1810.

La generación a la que perteneció Galdames, se formó en el conocimiento de nuestro pasado con el auxilio de la Historia de Chile de su autoría.
Galdames honorable historiador del siglo XIX, utilizó o introdujo como objetivo una narración cronológica como método, resultando su obra o escritos en una verdadera crónica del pasado nacional, en la que los personajes son quienes hacen historia. Sin embargo, a diferencia de escritores como Benjamín Vicuña Mackenna o Miguel Luis Amunátegui, Galdames no profesaba la ideología liberal como posición ideológica. Más bien, al menos en su visión histórica, se acercaba a los sectores conservadores e hispanistas, reaccionando frente a las transformaciones sociales y políticas ocurridas en el país por esa época.

Cuando Luis Galdames expone la Colonia en Chile, da a conocer que España logró un alcance global, donde amplió, retuvo el terreno con Capitanías Generales o protección general de las fuerzas navales, terrestres del imperio Español. Institucionalizó su monarquía o modelo cultural, económico, político y social en América. Laissez Faire-Laissez Passer (Dejar hacer-Dejar pasar), Concepto capitalista, libertad de economía libre mercado, se puede ejemplificar con toda la cultura Española inculcada en América.
En los primeros tiempos de la Colonia en nuestro país, la franja social que mantiene esta nueva institución española, es bastante amplia y limita a la cúspide de nuestra identidad como sociedad. Ya no pertenecemos a nuestra tierra, caemos a los pisos inferiores del edificio social, lo que nos excluye, nos aparta de nuestro territorio, es un universo de cambios, encerrados en vínculos sociales de tipo “patrimonial ajeno”.
Como dice Galdames, no existe ni modo alguno un trayecto histórico de nuestra nación: en esos momentos no logramos nuestra identidad, si no que nos involucramos a un orden social complejo, adoptado y en parte producida inicialmente por la estrecha capa dirigente de la monarquía y los gobernadores Españoles nombrados por el autor: Alonso García de Ramón, Alonso de Ribera, Antonio de acuña y Cabrera.

Chile Colonial era una nación conquistada, se fundamenta por la gran resistencia de los indígenas. Luego esto se materializó en un sistema despótico que lamentablemente fue en desmedro de nuestro desarrollo, porque los particulares ejercían el dominio del país para satisfacer sus necesidades.
Pero esta mutación de los modelos Españoles-Coloniales, está "trabajada" internamente por una serie de tensiones sorprendentes. Podemos examinar, en primer lugar la ideología de importación que dirige el proceso.
El Estado-Nación y todo el conjunto de dispositivos simbólicos que le acompañan a nuestro país, como se sabe, de la Europa de los siglos XVI-XIX, es sacudida por el derrumbe de los regímenes monárquicos y la difusión del pensamiento revolucionario liberal y en cuya corriente tumultuosa se distingue el ascendiente excepcional de la Revolución Francesa.
Lo curioso de esta simplificación que permite fundar la singularidad de nuestro pasaje colonial, en la característica indígena; Galdames nombra la conocida “Guerra de Arauco”, en un aspecto “mayúsculo” de nuestra idiosincrasia: la imagen perfecta y guerrera, que caracteriza la resistencia indígena durante la Guerra de Arauco es sorprendente. Si analizamos este gran acontecimiento, el autor trata de en un perfil valeroso a los araucanos, donde aquel es un heredero y continuador intrépido, que combatió victoriosamente al invasor español.
Si lo caracterizamos más aún, Galdames habla que los españoles tuvieron una Guerra Defensiva y por otra parte los indígenas se caracterizaron en una Guerra Ofensiva. Esto se justifica porque los españoles no formaban aún un ejército de calidad, en cambio, los araucanos se caracterizaban por un “Alma Guerrera”.Con toda esta situación nos podemos preguntar del indígena americano, ¿Es guerrero, o se hace guerrero?
Como el autor nombra, Alonso de Ribera realiza un fuerte, para trazar una línea fronteriza entre españoles e indígenas, y debido a esto, los españoles se dedicaron a defender su territorio por la escasez de armas, por el contrario los araucanos atacaban sin cesar al bando enemigo.
Entre esas dos fronteras, otro mundo despliega sus dioses, su lengua, sus costumbres y sus leyes: la cosmovisión indígena de Arauco, es demasiado independiente y diferente al hombre europeo, también la explotación del potencial agrícola (incorporación económica) de los territorios situados al sur del río Bío-Bío, la "civilización" de los habitantes indígenas y la extensión efectiva de la soberanía del Estado Chileno sobre esos territorios, nutren de facetas significativas de aquel proceso, dado que los españoles realizan diferentes estrategias de colonización del Estado Chileno.

Luis Galdames nombra las características sociales de este periodo, donde el ideal caballero es sustituido por el del pícaro, roñoso, cínico, aventurero e ingenioso, este desencanto de perfil se involucra en el alma española. El orden social se encuentra jerarquizado en estamentos de difícil posibilidad de flexibilidad y de valores muy dispares.
El autor nombra a diferentes grupos sociales u orden colonial, que se caracteriza en un sistema de dominación omnímodo: político, económico, militar, religioso y cultural, ejercido por la minoría española y criolla sobre una mayoría de mestizos, marginados económica y socialmente, la nobleza; el clero, también dividido en alto y bajo; clases intermedias constituidas por comerciantes (el burgués que adquiere suficiente capital ingresa a la nobleza, con la compra de títulos, un buen matrimonio, etc.), pequeños propietarios, etc. y la masa de la población: jornaleros, herreros, carpinteros, campesinos, etc.
Castigos recibidos “Una determinada conducta de un español se castigaba con multa, suponía para un mestizo, mulato o negro, pena de azotes en público o incluso cuando se imponía multa, se establecía la exhibición del reo en la picota. Si a un comerciante español se le imponía, por ejercicio de comercio prohibido, la pena de 20 pesos y la confiscación de las mercancías, los indios, negros mulatos y mestizos eran castigados con 50 azotes complementarios y el extrañamiento durante 4 años”. (Konetzke, citado por Osvaldo Silva en Familia, matrimonio y mestizaje en Chile colonial, Cinco Siglos, Universidad de Chile, 1990.

No se puede dejar de lado, el énfasis que hace Luis Galdames al ámbito económico, donde están involucradas las Instituciones reguladoras de comercio, como en Europa: la Casa de contratación, consejo de indias, y en Chile: Casa de moneda. Estas instituciones se encuentran ligadas con la Encomienda, los Piratas y Corsarios, donde el interés primordial era el oro y plata, pero que lamentablemente pasaron por las manos españolas, siendo Chile un mero peón de España. Y por ende, enriqueciendo a otras potencias europeas, a las que España compraba las manufacturas y productos suntuarios que su precaria industria no producía. En este momento resulta indispensable hablar de la encomienda indiana, figura importantísima que ayudó al español a explotar el oro en Chile. Es importante destacar el gran interés que suscitaba entre las grandes potencias del momento la disponibilidad de adjudicarse todo o parte de aquel provechoso mercado, y de los esfuerzos que hacían, legales o ilegales para conseguirlo.

Bastantes autores se han dado a conocer respecto al sistema de encomienda Chilena, uno de ellos es Diego Amunátegui, en su espectacular obra “Las Encomiendas Indígenas de Chile”, donde dio a conocer el problema o consecuencias éticas, morales, sociales y culturales, que creó por su parte la Iglesia y la Monarquía Española. Esto se justifica con Luis Galdames, donde postula que había un pleito liberado entre los partidarios de la encomienda y los defensores del mismo, pero este sistema de encomiendas sólo podía ser parcial, porque los indígenas no podían ser instantáneamente retirados de sus territorios, y recolocarlos en tierras que ya habían sido conquistadas y explotadas continuamente por los españoles. El indígena era un “Pecador Miserable”, porque necesitaba ser mantenido y guiado a través de una protección, y aquella era los españoles.
Cabe destacar la orientación económica. Por cierto que el mercantilismo en el Continente no lo podemos apreciar en igual forma que en Europa, pues, tengamos presente que las colonias no eran sujetos de economía nacional, sino que "medios" y extremidades para la existencia de la metrópoli. Las naciones colonizadoras profesaban la máxima que el destino de la colonia era el beneficio de la metrópoli, enriquecerla, engrandecerla, levantarla a la cumbre de la prosperidad, alimentando la agricultura y las artes de la nación a que estaba sujeta, con el consumo exclusivo de sus géneros, en consiguiente, abriéndose de par en par el tráfico de los indígenas o naturales y cerrando sus puertas a los extranjeros .Por este motivo se llevo a cabo la obra civilizadora y la naturaleza misma de la empresa que, por su carácter "nacionalizador", habría correspondido en estricta lógica a una migración interna de colonos "nacionales" encargados de llevar la chilenidad a los territorios indígenas.

Analisis Libro "Historia de Chile", Luis Galdames, Capitulo, la Conquista.

Cuando Luis Galdames expone la Conquista de América, da a conocer el encuentro de dos mundos o choque cultural, caracterizado, el primero por mundo Hispano que es una derivación cultural o física de España, y continúa el mundo indígena como un mundo de caníbales y salvajes de la edad de piedra, porque ninguna de las culturas nativas conocía el vidrio, pólvora, el hierro ni el arado.

El autor postulaba como núcleo de conquista Santo Domingo (primera ciudad fundada por europeos en América), Cuba (asentado en un archipiélago del mar de las Antillas, también conocido como mar Caribe) y luego se expandió hacia el territorio continental.

Desde el punto de vista del autor, ejemplifica a través de la conquista del Perú como es a modo cultural las características de los conquistadores.

Por una parte, la memoria histórica nos obliga a recordar la propia responsabilidad española en la configuración de su imagen negativa.

Tuvieron su fundamento la propia naturaleza y la oposición imperial de parte de la monarquía. Los españoles llegaron a Chile con toda la cultura del mundo civilizado que se conocía y que era lo procedente de Europa. El conquistador era un hombre de su tiempo, moldeado por circunstancias históricas concretas y morales, ‹‹1400 el hombre era Europa››.

Todas las ideas renacentistas florecieron, la época de la razón, con la característica que el centro del mundo era el hombre, el ente, deja demostrado el interés por el conocimiento humano, la cultura, la ciencia, la técnica, que el hombre ha ido desarrollando y que ha iluminado también a otros hombres ¿espíritus selectos? (Ortega y Gasset: Rebelión de las masas), para iniciar la gran aventura de la conquista de América.

La historia no está escrita, no la ha trazado de antemano una divinidad todopoderosa. Es obra sólo humana y por eso “… todo es posible en la historia –lo mismo el progreso triunfal e indefinido que la periódica regresión” (José Ortega y Gasset, del libro "La rebelión de las Masas", pp. 131-132).

Alguien podría anunciar que estos aventureros venían con una mano atrás y otra adelante, pero el coraje que tuvieron para lanzarse a feroces océanos, dispuestos a perder la vida, no deja de ser admirable. Es un tema polémico que puede dar para una discusión interminable.

No olvidemos que Diego de Almagro, nuestro descubridor, es hijo ilegítimo y sus padres lo ocultaron hasta su nacimiento. Los familiares de la madre para salvar su honor le quitaron el niño, quedando a cargo de Sandra López del Peral a los cuatro años. Luego quedó bajo la tutela de un tío hasta los quince años. Siguió su vida como criado y acuchilló a otro, dado esa situación huyó a Andalucía y decidió partir a América. Aquí podemos incluir nuevamente el concepto “espíritus selectos(Ortega y Gasset).

Esto lleva a discusiones y opiniones variadas, algunos creerán que Almagro fue un héroe, idealizado en todo concepto, una persona tenaz que llevado por el deseo, las ansias de conquistar, logró lo que logró y es selecto bajo el tópico renacentista.

Por esta situación de cambio racional, el descontento de los españoles fue enorme al llegar a nuevas tierras y nunca imaginaron que se enfrentarían con personas que jamás habían oído hablar de un Jesucristo o de los reyes Católicos (Isabel de Castilla-Felipe de Aragón). Para los españoles los indios se transformaban en bestias de cargas, porque resistían un peso mayor que el que soportaba el débil lomo de la llama, y de paso se comprobaba que en efecto, los indios eran bestias de carga…

Eduardo Galeano “las venas abiertas de América Latina” (pp.63)

Galdames destaca los intereses que tenían los españoles para emprender rumbo a nuevas tierras, los motivaba el afán de riqueza (el mejor ejemplo de riqueza esta claramente ejemplificado por el autor en la disputa de Diego de Almagro con Francisco Pizarro en la conquista del Perú, pues cada uno consideraba que era de su gobernación. Este fue el motivo de las primeras escaramuzas entre Almagristas y Pizarristas. Francisco Pizarro logró llegar a un acuerdo con Almagro, a la vez que le convenció para que emprendiese la conquista de Chile .pp.110). Otras de las motivaciones era la vida señorial, la fama,

la inmortalidad” eran cualidades que anunciaban al hombre nuevo. En estos tiempos se realzó la poesía ideológica, acciones bélicas hispanas en el suelo nacional. Y el mejor ejemplo de lo que señalamos Es la “Araucana”, escrita por Don Alonso de Ercilla y Zúñiga, donde se alaba la valentía y el coraje de los araucanos, para destacar aún más a los españoles, porque la gloria no hubiera sido tanta, si se describe a los araucanos como un pueblo venido a menos; pero esta forma o estilo literario que transcendió era un tópico dentro de la literatura española (Ej.: carpe diem/ la historia los inmortaliza).

Estas ideas que movieron a los españoles estaban anunciando la explosión creadora del renacimiento.

Galdames se sitúa en la Conquista de Chile entre 1536-1600 a raíz de la espera del titúlo de Gobernador, Don Diego de Almagro se lanzó al rumbo de las nuevas tierras llamada “Chile”. (Recordemos que esta empresa contaba con apoyo financiero), por los grandes mitos que existían sobre nuestra tierra, según los indígenas eran territorios muy ricos y poseían riquezas auríferas. “Las tierras de América, con excepción las que le pertenecían a los indios, fueron consideradas de “realengo”, es decir, pertenecientes a la real corona de modo que el rey podía darlas de merced”. (Enjuto Ferrán: Cuatrocientos años de legislación comunal española). Dado a esto se desataba una fiebre de conquista por parte de la hueste.

El Autor nombra la primera expedición de Chile como un fracaso por los padecimientos que tuvieron las huestes españolas, causado principalmente por la geografía de nuestro país, recordemos que todos los expedicionarios atravesaron desiertos con calores infernales y desgarradores, sin agua, poco sustento alimentario; también por la cordillera de los Andes donde vivieron extremas condiciones, ya que caminaban agotados por el frío, se les congelaban sus manos y pies, y por la dificultad de un suelo lleno de piedras pequeñas, bordes afilados, que les destruían las suelas de los zapatos y las herraduras a los caballos. El gélido clima de la cordillera mató a gran parte de una hueste. Lamentablemente las rutas emprendidas eran como un sendero de muerte, pues no tenían la ropa adecuada, andaban a pie desnudo, y cuando se quitaban las botas, se les caían los congelados dedos de los pies.

La visión que entrega Galdames a nuestro territorio es atrasada, paupérrima, miserable, pero ocurre que quienes ganaron, lo hicieron gracias a que nosotros perdimos. La historia del sub-desarrollo de América, integra la historia del capitalismo mundial.

El autor visualiza la expedición que realizó Don Pedro de Valdivia a la búsqueda de la conquista de nuestro país, porque el tenía sin duda un real interés, Valdivia fue el primer hombre que siente la tierra chilena en ímpetu de amor, los sueños del conquistador se confunden con los nuestros: Chile comienza a caracterizarse como una tierra de feracidad y felicidad, dejando de lado los paradigmas que se realizaban entorno a nuestra geografía y calidad territorial que impuso Don Diego de Almagro.

Recordemos que Valdivia le informó al rey Carlos V que la gente huía de Chile como a una pestilencia; a pesar de esa situación Pedro de Valdivia estaba más empapado de las ideas de gloria y fama, y por ende emprendió rumbo a la conquista de Chile. “es todo un pueblo y una sementera, y a la vez una mina de oro” (frase de la carta enviada por Valdivia en 1551 a Carlos V). Valdivia entiende o comprende a nuestro país como sustancia humana, como pueblo y fuerza sustentadora (sementera), caracterizada por su atracción (oro).

Después de la muerte de Valdivia a manos de Lautaro, particularmente en el fuerte Tucapel; comenzó en Chile una desorganización social, económica y administrativa.

En cuanto a la sucesión del título de gobernador, asume el poder de García Hurtado de Mendoza, hijo legítimo del virrey del Perú Andrés Hurtado de Mendoza, quedando los límites de chile (27-41 grados meridionales).

Luis Galdames destaca la Economía durante la época, que en sus inicios eran principalmente las riquezas auríferas, trabajo de telares y posteriormente se centra en la ganadería, siendo las primeras industrias manufactureras que caracterizaban el periodo.

El escritor sitúa al indígena como servidumbre del español, donde el primero rendía constantemente tributo (encomienda).Esto lo podemos ejemplificar con el sistema feudal que sin duda fue heredado continuamente, recordemos que la palabra feudalismo proviene de feod, recompensa, y de od posesión, lo que significa el beneficio o recompensa recibida por el vasallo a cambio de la fidelidad debida al señor.”

En primer lugar las relaciones van a montarse en torno a la tierra, tanto el siervo que la hace fructificar, como el noble señor feudal que recibe su poderío económico, político y social de las tierras que posee. Esto sucede claramente en Chile durante la conquista, donde todos los territorios de los mapuches fueron usurpados. Cabe destacar que los españoles llegaron con una nueva cultura, y no podemos rechazar o hacer indiferente lo negativo que nos acarrearon; siendo lo más grave las epidemias donde miles de indígenas murieron contaminados luego del primer contacto con los hombres blancos. “A muchos dio muerte la pegajosa, apelmazada, dura enfermedad de granos” (A.Otero: “vida social del colonisaje”). Muchos dicen que si otro pueblo nos hubiera conquistado seriamos diferentes, más inteligentes, trabajadores, quizás un promedio de estatura mayor u otra fisonomía. Pero estas son solamente palabras que se lleva el viento, y somos lo que somos, este es el destino de un país llamado Chile, con toda su miseria y grandeza.

El autor da a conocer que la mayor conquista que realizaron los españoles, sin duda, fue y sigue siendo la conquista psicológica, basada es la imposición de la religión, en otra religión totalmente ajena, la conquista espiritual. Esto se ve reflejado en el énfasis que da Galdames entre Iglesia- Estado; ya que los conquistadores venían con una obligación de imponer una creencia totalmente desconocida para el indígena (capitulaciones- bula inter caetera). [...] ancha y venerable como las llanuras de Castilla, se impone, sin discrepancia, a la reverencia unánime de las generaciones. [...] Sea cual sea la actitud de la crítica ante Isabel la Católica, lo cierto es que su figura es para América digna de los altares. La Soberana, en efecto, que armó en la Península el brazo de la Inquisición y que no se detuvo ante los extremos más temerarios de los antagonismos confesionales, veló constantemente en América por la suerte de la raza indígena y la evangelización de sus pueblos idólatras» (Dr. Joaquín Balaguer: Discursos, Temas Históricos y Literarios. Sto. Dgo., 1973).El pensamiento colonialista europeo afirma que: “Todo hombre por su voluntad propia busca su amo y la voluntad divina de Dios es razón del poder”. Este poder opresor de la iglesia y de la monarquía, crearon dioses terrenales de la propiedad privada. Así, bajo esta terrible doctrina colonial, transformaron la Identidad de los indígenas. El clero inquisidor hace entuertos calificativos: “Los indios desnudos escapaban a no ser muertos; no hablaban, sólo gesticulaban ciertos sonidos; no trabajaban, depredaban los frutos naturales, eran analfabetos y no tienen historia”. Esto es confesión impactante de estos criminales y Dios fue utilizado como escudo del crimen y robo. Mientras la Iglesia decía: “traigan oro y plata para salvar almas del purgatorio y el perdón del pecado”.Los europeos se apoderaban de nuestras tierras para explotar en nombre de Dios y los muertos. La flora, fauna, minerales, agua y hombres se convirtieron en propiedad privada del invasor y la vida entera se estableció bajo tal fundamento.

Luís Galdames permite recrear la historia y, por tanto, la identidad personal y colectiva. El autor pertenece a un grupo de historiadores conservadores chilenos que en el siglo XIX esbozó una visión cronológica, con un permanente inicio y término. En constante movimiento entre opuestos. Acorde por su parte, a las influencias de su contexto histórico (coetáneo y contemporáneo: Ortega y Gasset) la escritura de Galdames es fresca y continua, y en cada línea realza el afán de explicar la historia perspectiva dialéctica (razonamiento lógico), concreta, que, de un modo muy personal, lo relaciona, a veces, con las condiciones materiales de la nación chilena. “Si queremos que tenga algún valor nuestro concepto del pasado debe empezar por una aprehensión intuitiva. (…) Cogido un personaje o un acontecimiento, (…) confundámonos con él, pensando, sintiendo y obrando como él; mezclémonos en sus ambiciones, en sus aventuras y en su vida íntima. Extendamos nuestras relaciones y conocidos, sirviéndonos de unos para introducirnos en los otros: (…) Procuremos verlo, palparlo y sentirlo todo, lo grande y lo pequeño, sin preguntarnos si fue bueno o malo, útil o inútil; pero manteniendo firme la mano sobre los frenos de la imaginación, (…)”Encina, F. A. La literatura histórica chilena y el concepto actual de la historia. Op. Cit. p. 162.

En efecto, las imágenes históricas percibidas por Galdames lo vuelven un testigo peculiar de los acontecimientos nacionales. Instala la memoria en un lugar conocido por los chilenos: su pasado, que perdura como el símbolo más destacado por la voluntad de los hombres y el transcurrir del tiempo. Al volver los ojos a los retazos vivenciados, esos momentos se convierten en unidades significativas. Así bajo la filosofía conservadora del siglo XIX, el autor nos plantea como agentes del devenir aunque nacieron como factores sociológicos casi determinantes del ciclo cultural. Sin embargo, su pretensión última es superar la fragmentación del siglo de los siglos anteriores y concluir en una visión total del pasado nacional que, sea accesible a los lectores y suscite nuevas ideas y visión crítica pero fundamentada de nuestra historia.