martes, 21 de julio de 2009

Análisis Historia de Chile, Luis Galdames, " La Colonia"

En su libro: “Historia de Chile”, obra historiográfica (busca e indaga en segundas fuentes), clasificada como manual histórico, nos da a conocer los periodos de la historia de Chile, y particularmente entrega un análisis general del periodo,
” La Colonia”, situándolo dentro de los años 1601-1810.

La generación a la que perteneció Galdames, se formó en el conocimiento de nuestro pasado con el auxilio de la Historia de Chile de su autoría.
Galdames honorable historiador del siglo XIX, utilizó o introdujo como objetivo una narración cronológica como método, resultando su obra o escritos en una verdadera crónica del pasado nacional, en la que los personajes son quienes hacen historia. Sin embargo, a diferencia de escritores como Benjamín Vicuña Mackenna o Miguel Luis Amunátegui, Galdames no profesaba la ideología liberal como posición ideológica. Más bien, al menos en su visión histórica, se acercaba a los sectores conservadores e hispanistas, reaccionando frente a las transformaciones sociales y políticas ocurridas en el país por esa época.

Cuando Luis Galdames expone la Colonia en Chile, da a conocer que España logró un alcance global, donde amplió, retuvo el terreno con Capitanías Generales o protección general de las fuerzas navales, terrestres del imperio Español. Institucionalizó su monarquía o modelo cultural, económico, político y social en América. Laissez Faire-Laissez Passer (Dejar hacer-Dejar pasar), Concepto capitalista, libertad de economía libre mercado, se puede ejemplificar con toda la cultura Española inculcada en América.
En los primeros tiempos de la Colonia en nuestro país, la franja social que mantiene esta nueva institución española, es bastante amplia y limita a la cúspide de nuestra identidad como sociedad. Ya no pertenecemos a nuestra tierra, caemos a los pisos inferiores del edificio social, lo que nos excluye, nos aparta de nuestro territorio, es un universo de cambios, encerrados en vínculos sociales de tipo “patrimonial ajeno”.
Como dice Galdames, no existe ni modo alguno un trayecto histórico de nuestra nación: en esos momentos no logramos nuestra identidad, si no que nos involucramos a un orden social complejo, adoptado y en parte producida inicialmente por la estrecha capa dirigente de la monarquía y los gobernadores Españoles nombrados por el autor: Alonso García de Ramón, Alonso de Ribera, Antonio de acuña y Cabrera.

Chile Colonial era una nación conquistada, se fundamenta por la gran resistencia de los indígenas. Luego esto se materializó en un sistema despótico que lamentablemente fue en desmedro de nuestro desarrollo, porque los particulares ejercían el dominio del país para satisfacer sus necesidades.
Pero esta mutación de los modelos Españoles-Coloniales, está "trabajada" internamente por una serie de tensiones sorprendentes. Podemos examinar, en primer lugar la ideología de importación que dirige el proceso.
El Estado-Nación y todo el conjunto de dispositivos simbólicos que le acompañan a nuestro país, como se sabe, de la Europa de los siglos XVI-XIX, es sacudida por el derrumbe de los regímenes monárquicos y la difusión del pensamiento revolucionario liberal y en cuya corriente tumultuosa se distingue el ascendiente excepcional de la Revolución Francesa.
Lo curioso de esta simplificación que permite fundar la singularidad de nuestro pasaje colonial, en la característica indígena; Galdames nombra la conocida “Guerra de Arauco”, en un aspecto “mayúsculo” de nuestra idiosincrasia: la imagen perfecta y guerrera, que caracteriza la resistencia indígena durante la Guerra de Arauco es sorprendente. Si analizamos este gran acontecimiento, el autor trata de en un perfil valeroso a los araucanos, donde aquel es un heredero y continuador intrépido, que combatió victoriosamente al invasor español.
Si lo caracterizamos más aún, Galdames habla que los españoles tuvieron una Guerra Defensiva y por otra parte los indígenas se caracterizaron en una Guerra Ofensiva. Esto se justifica porque los españoles no formaban aún un ejército de calidad, en cambio, los araucanos se caracterizaban por un “Alma Guerrera”.Con toda esta situación nos podemos preguntar del indígena americano, ¿Es guerrero, o se hace guerrero?
Como el autor nombra, Alonso de Ribera realiza un fuerte, para trazar una línea fronteriza entre españoles e indígenas, y debido a esto, los españoles se dedicaron a defender su territorio por la escasez de armas, por el contrario los araucanos atacaban sin cesar al bando enemigo.
Entre esas dos fronteras, otro mundo despliega sus dioses, su lengua, sus costumbres y sus leyes: la cosmovisión indígena de Arauco, es demasiado independiente y diferente al hombre europeo, también la explotación del potencial agrícola (incorporación económica) de los territorios situados al sur del río Bío-Bío, la "civilización" de los habitantes indígenas y la extensión efectiva de la soberanía del Estado Chileno sobre esos territorios, nutren de facetas significativas de aquel proceso, dado que los españoles realizan diferentes estrategias de colonización del Estado Chileno.

Luis Galdames nombra las características sociales de este periodo, donde el ideal caballero es sustituido por el del pícaro, roñoso, cínico, aventurero e ingenioso, este desencanto de perfil se involucra en el alma española. El orden social se encuentra jerarquizado en estamentos de difícil posibilidad de flexibilidad y de valores muy dispares.
El autor nombra a diferentes grupos sociales u orden colonial, que se caracteriza en un sistema de dominación omnímodo: político, económico, militar, religioso y cultural, ejercido por la minoría española y criolla sobre una mayoría de mestizos, marginados económica y socialmente, la nobleza; el clero, también dividido en alto y bajo; clases intermedias constituidas por comerciantes (el burgués que adquiere suficiente capital ingresa a la nobleza, con la compra de títulos, un buen matrimonio, etc.), pequeños propietarios, etc. y la masa de la población: jornaleros, herreros, carpinteros, campesinos, etc.
Castigos recibidos “Una determinada conducta de un español se castigaba con multa, suponía para un mestizo, mulato o negro, pena de azotes en público o incluso cuando se imponía multa, se establecía la exhibición del reo en la picota. Si a un comerciante español se le imponía, por ejercicio de comercio prohibido, la pena de 20 pesos y la confiscación de las mercancías, los indios, negros mulatos y mestizos eran castigados con 50 azotes complementarios y el extrañamiento durante 4 años”. (Konetzke, citado por Osvaldo Silva en Familia, matrimonio y mestizaje en Chile colonial, Cinco Siglos, Universidad de Chile, 1990.

No se puede dejar de lado, el énfasis que hace Luis Galdames al ámbito económico, donde están involucradas las Instituciones reguladoras de comercio, como en Europa: la Casa de contratación, consejo de indias, y en Chile: Casa de moneda. Estas instituciones se encuentran ligadas con la Encomienda, los Piratas y Corsarios, donde el interés primordial era el oro y plata, pero que lamentablemente pasaron por las manos españolas, siendo Chile un mero peón de España. Y por ende, enriqueciendo a otras potencias europeas, a las que España compraba las manufacturas y productos suntuarios que su precaria industria no producía. En este momento resulta indispensable hablar de la encomienda indiana, figura importantísima que ayudó al español a explotar el oro en Chile. Es importante destacar el gran interés que suscitaba entre las grandes potencias del momento la disponibilidad de adjudicarse todo o parte de aquel provechoso mercado, y de los esfuerzos que hacían, legales o ilegales para conseguirlo.

Bastantes autores se han dado a conocer respecto al sistema de encomienda Chilena, uno de ellos es Diego Amunátegui, en su espectacular obra “Las Encomiendas Indígenas de Chile”, donde dio a conocer el problema o consecuencias éticas, morales, sociales y culturales, que creó por su parte la Iglesia y la Monarquía Española. Esto se justifica con Luis Galdames, donde postula que había un pleito liberado entre los partidarios de la encomienda y los defensores del mismo, pero este sistema de encomiendas sólo podía ser parcial, porque los indígenas no podían ser instantáneamente retirados de sus territorios, y recolocarlos en tierras que ya habían sido conquistadas y explotadas continuamente por los españoles. El indígena era un “Pecador Miserable”, porque necesitaba ser mantenido y guiado a través de una protección, y aquella era los españoles.
Cabe destacar la orientación económica. Por cierto que el mercantilismo en el Continente no lo podemos apreciar en igual forma que en Europa, pues, tengamos presente que las colonias no eran sujetos de economía nacional, sino que "medios" y extremidades para la existencia de la metrópoli. Las naciones colonizadoras profesaban la máxima que el destino de la colonia era el beneficio de la metrópoli, enriquecerla, engrandecerla, levantarla a la cumbre de la prosperidad, alimentando la agricultura y las artes de la nación a que estaba sujeta, con el consumo exclusivo de sus géneros, en consiguiente, abriéndose de par en par el tráfico de los indígenas o naturales y cerrando sus puertas a los extranjeros .Por este motivo se llevo a cabo la obra civilizadora y la naturaleza misma de la empresa que, por su carácter "nacionalizador", habría correspondido en estricta lógica a una migración interna de colonos "nacionales" encargados de llevar la chilenidad a los territorios indígenas.

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