martes, 21 de julio de 2009

Los Mapuches..


Nosotros los Chilenos, nunca podremos desprendernos de la influencia mapuche en nuestra idiosincrasia. Y cuando recordamos a Lautaro, michimalonco, Caupolicán, Galvarino, queda la impresión que el pueblo mapuche hubiera desaparecido. Cuando se hablaba la "Pacificación de la Araucanía", se suele decir que “se pacificó a los indios porque tenían conflictos internos”. ¿Cómo se explica que hoy en pleno siglo XX los Mapuches reclaman participación y reconocimiento de sus derechos?
No olvidemos que Ercilla en su poema “Inmortal” (la araucana), relata a los mapuches como un pueblo “soberbio”, “belicoso” y “gallardo”; pero de un siglo a esta parte, todavía se les moteja como “borrachos, pobres y flojos” y hoy en día de extremistas. Lo único que queda claro es que sus territorios fueron usurpados por completo y si los españoles utilizaron su crueldad, habrá que preguntarse ¿los chilenos fuimos mas crueles?
La resistencia de los Araucanos duro trescientos años, y no fue producto de sus jefes, si no de un pueblo, y no tenían más que dos alternativas “la huida o la guerra”, porque su cultura estaba cerrada al extranjero, a la servidumbre y al cambio. Los pueblos que desconocen la fuerza que dan los ancestros son como: el árbol que dejó la sabia trancada en las raíces y el follaje se ve opaco, gris, y sin fuerza porque la sabia no fluye para hacerlo verde y frondoso. / Uno esconde su pasado- lo opaca/.
Los mapuches amaban su tierra, la naturaleza y sus animales; de ahí la ferocidad para defenderla contra los españoles; recordemos que para el araucano su tierra es sobrevivíencía, pero también incluye ámbitos religiosos del alma y espíritu, la tierra es su vida, en cambio, el español la expropia y lo utiliza como materias primas.
Cuando llegan los primeros colonos con su fe cristiana, resistieron siglos conservando su territorio, creencias y mitos.
Si realizamos un análisis respecto al vocablo indígena, tendríamos las siguientes conclusiones:
Quilicura: pareja de cóndores, Pichintun: poquito, Cahuin: fiesta, Pañalolen: cerros pareados, Mapocho: lugar de pantanos, Pudahuel: lugar de brujos.
Aquí queda demostrada la contradicción que tenemos los chilenos, por una parte nos molesta la raíz mapuche, pero sin darnos cuenta frecuentamos lugares de cierta exclusividad que llevan el nombre del lenguaje araucano, o palabra del lenguaje común.
Después de todo lo que hemos expuesto no podemos desmentir lo negativo que nos acarrearon los españoles. Muchos dicen que si otro pueblo nos hubiera conquistado seriamos diferentes, más inteligentes, trabajadores, quizás un promedio de estatura mayor u otra fisonomía. Pero estas son solamente palabras que se lleva el viento, y somos lo que somos, este es el destino de un país llamado Chile, con toda su miseria y grandeza.

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